***REAPARICIONES EN AGUA***

Es hora de volver a los tiempos muertos,
a cantar canciones desde el mar.

Volvemos a los círculos viciosos de esta existencia que se resiste.
Los cristales de las ventanas rotos en el suelo,
un tatuaje indeleble y un marco que encierra la desesperanza.
Ese es el recuerdo que me queda, el que digito en letras amargas,
el que cuento en gotas agridulces.

La perfección mutante que soy,
el descontrol de un navío en guerra contra sí mismo.
Así me contemplan desde la orilla,
apacibles, callados, llenos de serenidad,
mientras ante sus ojos el caos reinante
se apodera de un mundo que no pueden dominar.

Esta es la victoria de una batalla de soledad.
Así concibimos el inicio y así entenderemos el final.
Dos redobles de tambor en mi cerebro
cierran el ciclo de intermitencias.
Bienvenida vida a la aparente calma,
al respirar cuasi sincero.
Bienvenida de nuevo.

***DEPENDENCIA***

El fuego de una atmósfera inteligente
se precipita sobre el murmullo clandestino.
El ruido aturdidor no llega a tocarte, no te perturba.
Los gritos se pierden de insistencia y deciden morir en un suspiro.
No te toca, no te perturba.
Es una llamada anónima al olvido recurrente,
y alguien al otro lado del teléfono deja colgando
la bocina negra, imperceptible.
Trampas.
El tiempo de la iluminación ha llegado a los corazones incrédulos
y tal vez sea el momento de alzarse en armas para no perder.
Tengo mi arma cosechada en la penumbra de un amor impaciente,
sarcástico, inentendible, mediocre y pálido.
Te persigo 35 leguas, 12 kilómetros, y no alcanzo a verte...
la espesura de tu territorio te sirve de refugio...
si cazo es porque necesito encontrar,
si huyes es porque tienes algo que esconder.

***CONFESIÓN***

Me encantan esas cosas tuyas que me devuelven en versos lo sublime de la vida
y el aroma que desprenden tus rizos suspendidos en el vacío.
Me encantan las sonrisas que emergen perpetuamente de tu labios
y me condenan a sonreír contigo.
Me encanta tu voz, porque a lo lejos, me recuerda un susurro olvidado
que hablaba de tiempos de paz y de anaranjados arreboles que hoy se hacen realidad entre mis manos congeladas en un abrazo.
Me encanta tu vida, porque me pierdo en ella, y juego a contemplarte,
a mecerte en mis sueños y a enloquecerme ante la perfección de tu aliento.
Me encantan las palabras que te robo, la melancolía exporádica y
el vuelo de tus manos que sin tocarme me despiertan de los sueños más profundos.
Me encantan esas cosas tuyas que no he encontrado en nadie,
las canciones que terminaron en tu oído y que sólo él escuchará.
Me encantan las mañanas en que me despierto y saltas por la ventana
a la que le puse tu nombre y llenas los espacios de sentido, y vuelas inconsiente
sobre mis deseos, y estás ahí sólo para calmar mis ganas de verte.
Me encantan los delirios que brotan en mí cuando te pienso
y me encanta también imaginarte respirando los momentos que no estás conmigo.
Me encanta el sabor de tus mejillas y la profundidad de la que me hablan tus
ojos cuando me siento con ellos en las tardes calurosas a derretir un helado con los labios.
Me encanta discutir con tu nariz los problemas de la patria,
o contarle a tus dedos la insolencia de cualquier pandemia que perturbe nuestros días.
Me encanta ver como tus pies le quitan la melancolía a mis ojos
y como enjuagas tu cara con gotas de serenidad esperando a que alguna me moje a mí también.
Me encanta esperarte, porque sé que llegarás, porque tu vida en mi vida es un acierto y
porque el tiempo es sólo el pálido reflejo de un requisito indispensable que borraste de mi lista.
Me encanta que existas porque no podría pedirle más a la vida y
me encanta que eso me encante, porque entonces mi vida seguirá siéndolo mientras estés.

***CUENTOS PARA LEER EN DOS DÍAS***

La almohada palestina llena los versos
y deja deslizar a la mirada furtiva
sobre el púrpura de su espalda saciada.
El hombre que cabalga en la noche es sólo un fantasma
que no alcanza todavía entender su ilusión.
***
Ayer mordía el viento con fatiga
guardando silencio ante la desesperada euforia,
que brotaba en cada gota de la sien.
Los pasos de los vecinos callados,
quedaron suspendidos ése día, en el cielo infinito de la gloria.
***
Un aplauso le roba a la mente
los recuerdos imperdonables de la historia silenciosa,
que todavía se esconde en el baúl secreto del
amor inconmesurable, y que las almas nobles se atraven a desconocer,
para no romper sus tímpanos con el deseo de un beso.
***
El temor de una palabra reveladora
permuta entre las líneas, ocultándose desesperadamente
en un grito poético del alma.
***
Mi corazón oye tu latido en un pueblo lejos de mí,
a donde no llegan mis versos,
pero el amor palpitante traspasa las distancias
que me impone la tierra
y te toca cuidadosamente,
tiernamente, desesperadamente,
para que no sepas que la brisa que envuelve tus rulos
y se devora tu aliento, soy yo disfrazada
sólo para verte respirar.
***
La historia de un viaje que ni siquiera empieza,
se ha quedado en la maleta, llena de ilusión
esperando paciente la llegada de la boda del ensueño,
tan simple, tan anhelada, y muerta
viva sólo al margen de sus utopías y
de la fe, en la que aún no aprendo a creer.
***
Correr, correr, a un mundo donde nadie espere
y la ciudad sea una sola para los dos.
Correr lejos de la pestilencia y del sofoco,
lejos de las miradas penetrantes que nos señalan.
Correr para llenar tus ojos de nubes de colores
y habitar un espacio de formas geométricas irregulares,
un lugar ceñido a la fuerza de nuestras almas,
donde vuelen libres los artrópodos invertebrados
y que sean ellos quienes llenen los espacios que no alcanzamos a cubrir
en los abrazos eternos que cobijan nuestra única existencia.
***
Veo la muerte caminando a tu lado,
va a la misma velocidad de tu esencia,
en la que se fugan tus sueños y se consuma mi dolor.
Miro la muerte y la notable miseria de su ser
y ruego al destino que no alcance a tocarte ni un poro.
Mis días se envuelven de nostalgia al recordar una tumba
del futuro, que me atormenta mil veces en pesadilla
y que no es suficiente para verter
las lágrimas que hoy te piden precaución.

*** TUMBAS ***

Lloré escuchándolo por tercera vez mientras esos brazos intentaban sujetarme hasta morir, reclamando un poco de atención. Fue un acto inocente ignorarlo, no existía la mínima intención de ofensa y en cambio solo habían lágrimas de satisfacción. Todos terminamos interpretando de forma diferente eso que creemos que nos hace daño. Así fue hoy. Un día cualquiera, en un mes nuevo, en una semana de soledad y aburrimiento, que ya en el medio, era lo suficientemente pesada como para soportarla. Las palabras que estuve esperando no se dejaron ver mientras las quise, y no llegan todavía aunque ya no las quiera. La ciudad ya no es la misma que cuando me fui. Los colores que antes parecían tan vivos, llenos de lujuria, deseo y amor, sobre todo amor, construyen hoy una escala de grises enorme, que intento colorear inutilmente. Parece que al lado opuesto de estas letras ya no queda nada, que morirán solas como nacieron y que serán sólo eso, letras del corazón de una ciudad que muere sin explicación. Es el tiempo en que debo esperar a ver si la resurrección de tu vida me toca un poco y tal vez vuelva a sonreír, sin futuro, sin esperanzas, sin apegos, sin canciones, sin llamadas, sin llanto y sin amor.

***COSAS QUE TE DIJE***

I

Mirá, es la misma sensación,
ya te lo había dicho antes...

...que el hilo de mi voz se me pierde entre las entrañas
y una chipa sacude mis pulmones.
Es un escalofrío permanente...
y cada vez se hace más grande
y cada vez se siente más cerca
y cada vez sucede más...
y caigo en el abismo. Son lágrimas.

II
Ya te lo había dicho, pero siempre te olvidás.
Siempre fue un grito de esperanza:
exagerada y errónea.

III

Hoy voy enmudecer las promesas de mis labios
y permanecer condenada en el olvido,
mientras espero el tren de orgullo en el que viajas.

IV

Cuenta las cartas y encontrarás más mensajes ocultos.
Tú no te has dado cuenta, ni te lo voy a decir esta vez,
pero yo sigo descifrando tu vida interminable
evitando los abismos en los que se hundieron mis pies,
mis ganas y un poco de mi corazón.

*** ANTÍDOTO ***

Dos retratos difusos se mezclan en naranjados otoños,
cálidos, plácidos, bordeados con vinilo de tranquilidad.
Una sonrisa corta el ambiente y se secan los miedos.

Ella camina sobre las espinas muertas y respira profundo,
mientras intenta no morir, por falta de aire, o por éxtasis de amor.
Ella grita, salta y le mira, conjuga con sus besos una historia
caótica, simple y eterna.
Ella se mece en vaivenes de alegría y complacencia,
mientras le escucha cantar, le ve moverse, le siente tan cerca
como si su presencia fuera el regalo ahhelado que nunca esperó.
Ella piensa, sueña y recuerda cada segundo, cada minuto,
completando en la memoria un libro sin final.
Ella le escribe, lo dibuja en cada verso, las imágenes de su rostro
se le clavan como lanzas de esperanza en los ojos.
Ella se sienta y lo espera, le habla al oído en la distancia y vive por él.

Él existe y basta con eso. Su vida es capaz de inmortalizar.

***DES-ATO***

Mirá cómo le escribo al llanto, para ver si llega.
Le escribo al asombro, a lo desconocido,
a lo que siento, lo que temo, lo que añoro.
Te escribo a vos. ¡Tantas veces te escribo!
El resumen de estas perdidas horas.

Contá las letras, medí las palabras,
Calculá los versos, simplemente leé estas hojas,
a ver si nos queda algo, a ver si no he muerto toda.
Tantos dedos que se han gastado completando esta ilusión,
y vos, sentando, viviendo de recuerdo,
cantando canciones que nadie oye,
cerrando los ojos ante el manuscrito que te ofrezco,
vacilando, intentando leer entre líneas, buscándole el chiste a esta canción...

Callaste mis gritos, sin escucharlos siquiera.
Ya no corre por las venas de mis dedos, esa sensación de calidez.
Llegó el destierro frío, el olvido...
Sería mejor que un segundo lugar en tu lista, la muerte.

***SUSPIRO***

Un depilador arranca poco a poco cada poro de mi ser, hasta dejarme limpia, sana, inerte.
Es un ciclo infinito que no se sacia... y sigo pensando en la importancia de respirar.
Existen acordes que no conozco y que suenan igual a lo que quisiera decir.
Pasa una corriente veloz por cada uno de los poros... y contengo el aire.
Eso que llaman escalofrío vuelve una y otra vez, atorándose en el nudo de mi garganta.
(Un día hablando de nudos, supe que mi vida era un simple hilo, en el que he sabido bordar infinitos de ellos, reventándolos, haciendo cada vez más corta la hebra... sólo sola viviendo.)
Le hablo al silencio y contengo la necesidad.
Dieron siete golpes en el mismo instante. Era una época en la que incoherencias surgian de mi boca como las palabras que hoy me trago. Respondí al llamado, un poco tarde, y la ventana estaba cerrada. Un vidrio roto. Imaginarlo... Era como estar ahí, parada frente al mundo con un dulce en la mano para ofrecer y no tener una mano que lo recibiera... o tal vez tantas, que nunca supe bien a cuál darlo... cuál vida era tan amarga... cuál vida era más amarga que la mía, que incluso mi amargo podría parecerle dulce.
La muñeca que más quise hoy está sucia y no tiene ropa... hace parte de un montón de cosas que olvidé... hasta hoy.... y contengo la respiración.
Canto, porque quiero, porque tal vez cantando lloro un poco, e intento no respirar... porque al exhalar siento que se van las migajas de mí que he guardado en este cuerpo... esta máscara de suspiros y sonrisas.
Si vivir mata ( como dijo un amigo), suspirar es el veneno que se encarga de culminar la labor.

*** CULMINO ***

Una, dos, tres, cuatro gotas
son absorbidas...
Limpieza del alma y sangre.
Sangran encías como cabellos enredados
y lloran sin lágrimas los pobres.
Olor, muerte, vicio.
Calles de pies rápidos, lluvia,
una, dos, tres, cuatro gotas
caen, mojan, tiñen, dan vida.
Te respiro, te toco, te palpo.
He de alejarme.
Violeta, negro, luto del ser.
Caricia, uñas, vientre.
Bailan los duendes de lo imposible.
Cerramos ojos, manos, piernas, cuerpo, mente.
Una, dos, tres, cuatro gotas
tuyas en mí, mías en ti.
Complemento ácido, implacable.
Armas asesinas.
Esperanza Escondida.
Indumentaria implacable.
Ocasos olvidados.
Última unión.
Es sólo un juego de niños.

Abro una puerta, para nunca cerrarla.
Abro una puerta y me quedo de pie.
Abro una puerta y caigo rendida de condena.
Sensaciones primíparas y prohibidas,
¿tienes algo que decirle a mis sueños?

Condenadas las letras que tus ojos nunca verán.

***CÓDIGO***

Vivir es más que dos uvés planeando una conspiración.
Que si vivo, da lo mismo.
Que si muero, es mejor.
Porque vivo muriendo de saber que espero.
Porque muero viviendo esperando tu regreso.
El olor de mis tierras no satisface tu olfato.
El llanto en la montaña no cumple su función.
Las flores que te esperan se marchitan con el tiempo.
El adiós se secó en el otoño del amor.
No esperes mi partida, que no quiere ir.
Deja que llegue ahogado el grito de mi voz.
Bébete los ríos insaciables de este ardor,
las pupilas dilatadas y hoy tal vez una canción,
que hable de las horas que pasamos planeando la fatal conspiración,
ésa mala idea de unir tu vivir con mi vivir
y matar con las palabras el abismo entre los dos.

*** DIALOGO 2***

Murmullos negros que cuentan lo que acabó de suceder.
Acontecimiento mundial de mi corazón:
resucitó, volvió a nacer, acaba de vivir...
¿Quién? ¿Para qué?
Dices: Inútil.
Pienso: Vivo
Callas.
Grito: Amo
Dudas.
Te abrazo en la distancia, doy la vuelta y me voy.
Piensas: Resucitó.

*** DULCE***

Caramelo de arequipe escaso
que conquistaste el latido con la voz.
Dame un turrón de melodía
que cegue el amargo, que calme el dolor.
Baila en danzas que yo entienda,
permíteme apaciguarme con tu son.
¿Ves que lo hago, ves que lo intento?
Es imposible olvidar los buenos días
aún teniendo una justa razón.

*** DIÁLOGO***

Viene una palabra vieja
de tierras frías donde
mis gritos ya no se oyen.
Dice: ¡Olvido!
Respondo: ¡Imposible!
Que me comió el frío del silencio,
que al amor lo mató el llanto,
que vos y yo somos como un espanto,
perdido en idea de una ilusión inerte.
Grito: ¡Calla!
Pides: ¡Miedo!
Suplico: ¡Un recuerdo, tal vez dos!
Respondes: ...
No hay respuesta para mi corazón.

***CUENTO CON TU CUENTO***

¿Seremos cazadores de esta utopía imperdurable?
Mientras duermo y te espero, cuéntame un cuento,
uno de esos que huelen a miel y traen recuerdos.
Un cuento infinito, blanco, dulce, triste, corto.
Cuéntame un cuento que me haga llorar,
que desgarre la paciencia, que me haga temblar.

Dame en el cuento un motivo para odiarte
y mil más para poder olvidarte.
Cuéntame tu historia, cuéntame la vida
que aún de ti desconozco.
Hazme reír. Hazme gritar.
Cuéntame un cuento que sepa a azucenas rojas,
que migre como golondrina en mi cabeza,
que colme los vacíos, que cante las canciones,
que viva, que muera.
¿Sabes hacer cuentos tristes?
Pídeme relatos, te daré dolor.
Harás un cuento feliz para ti.
Harás un cuento solo para mí.
Hazme reír. Hazme gritar.
Pero preferiblemente hazme llorar.

*** FUNDIDO ***

De qué sirve saber que te quiero, si quiero quererte sin saber que lo hago.
Quizá un día como hoy entiendas la inestabilidad de un sentimiento recurrente
y puedas abrir las alas a volar junto a mí en la incetidumbre.
Por qué la inconstancia permanente. Por qué la ausencia inevitable.
De qué sirve cantarle a lo imposible, para luego llorar sobre su tumba.
Lo costoso de vivir no es hacerlo sin ti, es vivir para no estar contigo nunca.
De la mirada que me robé, te devuelvo un beso.
Quédate con el adiós y yo con el remordimiento.

***DE PINTARTE ***

Hice un retrato.
Dos curvas que nunca se cruzaron.
Viene el pincel a romper el encuentro.
Azul frío y naranja distancia,
con un poco de verde para no dejar morir la esperanza.
Paleta vacía, pinceles de ganas
y un modelo para pintar,
traído desde la espesura de los sueños,
comprado con sacrificio y tristeza.

Hice un retrato.
Tenía en los ojos plasmada la nostalgia,
y en los labios llevaba letras
de un recuerdo que nunca fue canción.
La nariz fina, puntiaguda, adolorida, casi muerta.
La piel dulce, ajena.

Hice un retrato.
Traté de dibujarte.
Tal vez al artista le faltó inspiración.
Tal vez el cuadro cambió de pintor.
Tal vez murió el pincel en el camino de dolor.

Te regalo un cuadro sin terminar.
Te regalo el sueño que intenté dibujar.
Te regalo lo que siempre te he regalado:
retratos, retratos y pequeños bodegones de amor.

***PERDIDA ARAÑA***

Escribirte que te escribo,
secando la poca vida que le queda a la historia.
Escurriendo este dolor
y quitándole las motas a tu hastío,
para ver si logro acostumbrarme
a quererte sin poder.

Cantando las voces que recuerdo.
Recordando las voces que te canto.
Una noche en medio del silencio,
intentando romper con tu voz mi poca suerte.
Ya no existe, no fue más.
Un jarrón de amor vacío que nunca llenará.

Peino los retazos de tu ausencia,
para simular que pronto estarás.
El tiempo viene a burlarse de mi cara
y le da una bofetada a esta inútil espera.

No tengo camino para encontrarte.
Las migajas que dejé en el suelo,
fueron alimento de un orgullo sin sentido.
Me perdí buscándote.
Intento buscarme mientras te pierdo.

Doy golpes a la tierra.
Quiero tus ojos enterrados en este vacío,
verlos mirar sin querer a los míos.
Mi vida se consume en la llama de la tuya.

Córtame las alas. Calla mis labios.
Cega mi mirada. Déjame morir.

***

Se oye un grito en la selva.
Se oye un quejido, un lamento.


Duermen dos cuerpos sobre la maleza gigante.
Dos rugidos silenciados, dos almas perdidas.


Sos vos, soy yo... Morimos esperando en la verde inmensidad.

***CREO***

Mientras la gente a mi alrededor intenta olvidar el amor,
yo sigo esperando que vuelva a nacer y
condene mis días con su incertidumbre.
Espero que el tiempo que vivo, que sufro y que dejo,
no haya sido en vano y la esperanza de este nuevo renacer,
permanezca intacta a pesar de los desazones y las tristezas.
Creo que el mundo vive para mí cuando te veo sonreír,
cuando te espero, cuando te pienso, cuando estás sin esperarte,
cuando vives también para alegrar mis días y contemplar los
amaneceres fugaces de este amor tímido, pero constante.
Sueño con pintarte las mejillas de felicidad y pintar las mías de
un rubor de esperanza, que sea imborrable, perpetuo, indefinido.
Creo, vivo, sueño y espero, siempre por ti.

***MAY***

Vuelve mayo con sus interminables reproches, a arrebatarme la pseudo tranquilidad del momento. Es la misma historia, los mismos personajes, same old situation.
¿Es costumbre, se volvió rutina, ya es nuestra práctica?
There's no answer.
No hay respuesta, porque tu corazón no busca nada y el mío ni se esfuerza por preguntarte. Aún así, sigue siendo divertido, sublime y casi cursi.
Las paredes que oyeron mi vieja historia, hoy se cuestionan el porqué de mi aceptación.
Es difícil explicarlo, cuando trasciende el límite de lo racional y se convierte en una enfermedad casi crónica, como la que padecemos.
Ha sido complicado encontrarte, en medio de tanta rareza y ante lo complejo de tu ser. Sin embargo aquí estoy, para vos, en la misma situación, para dibujarme en tu mundo y estamparme en tu corazón, como hace unos meses lo escribí.

*** CUATRO DE TRESCIENTOS SESENTA***

Los cálculos de aquellos números nunca fueron mi fuerte, y al parecer menos el tuyo.
Aún cuando la aritmética básica de un bachillerato académico olvidado, intentó renacer entre el estudio de las fracciones parciales y la todavía inentendible trigonometría, lo que no podía ser, llegué a pensar -equivocadamente, para mi desgracia- que tal vez esos números complejos entre ellos y complejos para mí, no serían nunca la activación de lo que hoy se tornó incontrolable.

Quién iba a creer - si yo misma no lo hacía- en la posibilidad de hacer realidad lo que siempre quisiste. Era sólo un sueño tuyo, un anhelo inalcanzable de tu corazón, ¿acaso la utopía más grande de tu vida? No tanto porque yo me sintiera superior, sino por la inteligibilidad de las circunstancias, por la dificultad de verte, o más bien vernos tomados de la mano, en una pequeña ciudadela que no es más que pasillos de chismorreo en donde aún, todo mundo sabe la vida de todos, donde medio mundo, se sigue comiendo al otro medio.

De una forma increíble, terminaron por darse las cosas. Y yo, que me mantengo pensando en eso desde entonces, no logro entender en qué momento pasó todo. Aunque necesario es que aclare al mundo y en particular a ti, que el modo (correcto o incorrecto) que puso el en mi boca, y la mueca de asombro en la tuya, me sigue dejando una sensación de alivio irreparable, una melancolía algo grata, un vacío enorme que como bien sabes, ya no pretendo llenar.

Al fin de cuentas, (las mismas de números inalcanzables) , terminamos por fijar una fecha lejana, que después de trescientos sesenta, determinaría el final de lo que seguramente habría marcado nuestras historias, y sería tal vez lo más bello que alguien pudiera imaginarse jamás. Ciertamente, debo aborrecer el tono romántico de mis palabras, quejarme un poco de tanta zalamería y centrarme en la realidad, que es tan distinta a la forma dulce con la que trato de plasmarla. Por ejemplo: aquello que terminaría en tres décadas no alcanzó siquiera a la mitad de una de ellas.

Ésta es la hora, éstos han sido los días en los que cuestionarme se ha vuelto parte de la rutina, en el que merodear alrededor de tus decisiones y tratar de comprenderlas, ha sido la mayor preocupación de mi cerebro, mas intentar tantas veces descifrarlo, no ha sido fructífero y peor aún, la telaraña de posibles respuestas, de conjeturas salidas de la nada o tal vez de lo mucho que dicen tus actos, no lleva a ningún camino certero que me ayude a concluir algo remotamente posible sobre lo sucedido.

Resta prohibirle a mi corazón que continúe con esas ganas insaciables de saber de ti. Me queda como alternativa ante esta caótica situación, (que viene envolviéndome desde hace más de dos meses) buscar una puerta lejana de tu camino y salir por ella pretendiendo evadir este conjunto de gigantescos y paradógicos sentimientos, tratando de ocultarle al mundo la necesidad de tenerte por lo menos una vez más. Se trata simplemente borrar de mi mente, de mis sueños (ahora más inalcanzables que los tuyos) este deseo enorme de tener más de los cuatro que hoy se cumplirían, de mis queridos y esperados trescientos sesenta.

*** ALIMÓN***

Me gustan tus besos porque saben a recuerdo.
Evocan el pasado que escapó,
cuando jugabas a inventar falaces argumentos.

Me gustan tus besos, porque huelen a melancolía.
Traen consigo fina esencia de incertidumbre,
prendida del hilo indestructible de tu orgullo.

Me gustan tus besos porque están ocultos.
Se esconden tras tu miedo,
me miran, sienten celos.

Hoy me gustan más que ayer,
porque no los tengo, porque los prefiero,
porque tus labios son mágicos
a la hora de planear nuestro encuentro.

Hoy quiero tus besos,
los huelo, los pruebo, los siento.
Aún los espero, en medio del silencio
que guardo en otros besos.

*** EN EL ESPEJO ***

Tuve miedo. Reaccioné.
Te miré a los ojos y dije sí.
Aprendiste, cambiaste.
Me miraste a los ojos y dijiste no. Y aún así,
el pasado no fue triste cuando intenté recordarlo.

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Ya he leído muchas veces los escritos.
He visto suficientes veces las imágenes.
He escuchado todas las palabras.
He calculado los gestos. Y aún así,
el presente no es tan perfecto cuando intento conjugarlo.

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Te veré, mañana te veré.
Intentaré sonreír, verte y sonreír.
Me verás, mañana me verás.
Harás una mueca de desdén al saberme cerca.
Y aún así, intentaré esperar el futuro,
ése de tu contrición y mi indiferencia.

***RECUERDO***

Sí, estoy ahí.
Y tú, ¿qué dices?
¿Acaso no vienen a tu mente los
recuerdos de las noches
cargadas de pensamientos,
en las que nuestras almas
se entrelazaron tantas veces?
¿Acaso no sientes la pesadez del olvido,
y ese frío de la distancia no atraviesa tu ser?
¿Qué te pasa?
¿No ves cómo ha carcomido el silencio nuestras vidas?
Despierta.
Es hora de levantar la mirada.
Mírame.
Mírame sin memoria.
Borra el resplandor de tus ojos gigantes y vacíos.
Traza.
Trázame en el camino de tu existencia.
Percibe el olor de estas flores secas.
Han muerto, mueren como tú.
Se van marchitando como ambos
mientras cruzamos esta barrera de indiferencia.
Búscanos, estamos aún ahí,
en la diminuta esperanza de un corazón cegado.
Ése que no se resigna.
Aquél que te rompió los barrotes de orgullo.
¿Sigues ahí?
¡Por supuesto!
Revives todas las noches en mi recuerdo.

***TARDE***

Ni los artilugios más extraños de mi cerebro pueden decirme que miento.
La verdad es tan clara como la forma en que te he visto tantas veces dibujado.
No bastan tus manos en mi rostro para afirmar que todo está bien.
No lo está. No hay bien entre las palabras que ocultan la realidad por temor.

¿Qué hay de los comentarios tardíos?
De esas palabras que guardas...
... de lo que te callas, me callas.
¿Qué hay de una vida que finges tras las sombras de tu miedo?
¿Qué hay de ti, de mí, de lo nuestro?

Tarde. Más tarde que nunca llegan las voces del lamento,
como queriendo disimular la ausencia de lo que necesito,
como suplicando un perdón para algo que sólo desilusión merece.
Tarde llegan tus palabras, volando sobre ese viento que te hiela el alma
y a mí me congela los sentimientos.

No bastará una noche en mi vida para olvidarlo,
ni una en la tuya para excusar la omisión.
Bastará sólo este momento,
para saber que no hay forma de evitar la fatalidad,
de saberte igual al agua turbia: siempre mi castigo al beber.

***


Estás ahí embriagándote en los sueños muertos, que ante la constante negativa, se fueron transformando en deseo. Lástima para ti, que no por tu necedad y radicalismo el tiempo se detiene.

¿ Cómo hacértelo entender?

El rumbo cambia, las esperanzas se agotan y lo que queda tiene tan poca importancia, que no vale la pena recordarlo.

¿ Otro poema?

No, no lo es. Aunque como todos, si así lo ves, problema tuyo será sentirte uno más de los que sirvieron para llenar los vacíos de este espacio.



Te lo escribo aquí, porque aquí nació y aquí está muriendo.

*** SUEÑOS DE IMPOSIBLES ***


Es una tarde clara, sencilla, de esas tardes humildes, tan solas, tan tristes.

Entra en el dormitorio, se acomoda sobre el sofá verde y se dispone a contemplar el horizonte por esa pequeña ventana, que le sirve de sostén a la libertad.

- Nunca está tan claro el día como hoy- dijo pausadamente.

Virginia yacía en el otro extremo de la habitación, tejiendo sueños con el hilo del amor y adornando de margaritas los pensamientos de juventud. No le respondió nada, sabía que era el mismo comentario de todos los días, y prefirió no prestar atención.

- ¿Has visto el movimiento de los árboles últimamente?, replicó.

Ella, previniendo las centenas de comentarios posteriores a ése, interrumpió cortante y lacónicamente la posible conversación:

- No, no he visto nada, ni veré nada de lo que tú ves. Entiende que no somos del mismo mundo, no me gustan las cosas que haces, no vivo feliz contigo y si callaras para siempre, mi vida sería mucho mejor.

- ¿Cómo puedes ser tan cruel, si te lo he dado siempre todo?

- No pretendo comprarte a punta de engaños, es mejor que sepas la verdad, hoy y mil días más, hasta que decida marcharme y dejarte acá, envejeciendo solo.

- ¿Pero qué dices Virginia?

- ¡Tú lo sabes! Estoy harta de este juego irremediable, de que desees involucrarme en tu vida, cuando ni siquiera existo.

- Pero no te entiendo, si yo te amo… ¿Por qué quieres marcharte? ¿Cómo que no existes?

- Despierta Raúl, despierta- dijo Virginia mientras caminaba hacia la ventana. – Esto sólo es parte de tus sueños, mañana te veré de nuevo y tú me verás caer otra vez.


Virginia saltó por la ventana, Raúl corrió para alcanzarla, pero cuando llegó era demasiado tarde.

Se despertó sudando hasta la deshidratación, tratando de entender sus obstinados sueños, que desde hacía 3 meses venían siendo los mismos cada día: una mujer hermosa que nunca existirá; representando el deseo del amor inalcanzable. Ese cuarto, la ventana y sentado él, queriendo fingir sentimientos que no tiene, llenando los gigantes vacíos que le dejó la soledad.

*** LA CÉLULA QUE EXPLOTA ***



Dos gotas vinieron a parar sobre estas sienes angustiadas de tanto camino. Y estabas tú, al otro lado del teléfono, al otro lado de una puerta que ya no es amarilla. Tú, bajo las rayas del cansancio, entre olores y formas, sobre los colores de las cosas que aún no entiendo.

En mi cabeza; dos células inquietas, afanadas y nerviosas, alzándose ondulantes entre calles de hombres, de miedo y desconcierto. Buscando nombres de palabras que aún no existen, callando el silencio con movimientos sutiles. Y tú ahí, bajo gotas interminables de suspenso, desmoronando castillos de despojo, abriendo entre los abatimientos de la vida, las puertas de la esperanza y la ilusión.

Tan pobladas no eran las cejas que creí. Tan infames las sorpresas nunca fueron. Los rizos y la fina nariz, han sido prueba de que las posibles falacias de la comunicación virtual, a veces no son tanto y a pesar de todos los inconvenientes previos, estábamos ahí. Dos caras, tal vez una resumida en confusión y miedo de actuar. Aún así, tratamos de disimular todos los errores posibles y también esa barrera de hielo que nos separaba de la confianza. Estuvo bien nuestra labor.

Una de las dos células inquietas salta entre sueños esperando un nuevo día. La otra célula explota cada segundo tras una sonrisa, producida después de recordar los millones de pasos dados, en una tarde, no tan tarde para verte.

*** CICLOS ***

Los días en que el cielo llora lágrimas de hastío
y tú apareces en los sueños presurosos de mi vida,
deseo remorder el pensamiento y borrarte...
Borrar los días fríos y esas pausadas horas.
Borrarte para siempre, como he borrado
las letras de tu nombre tantas veces.

Los días en que la tristeza toca mi ventana,
una tumba sin sosiego llama la vida,
me habla de ti, del amor furtivo,
de tu muerte, de la mía, de tu llano olvido.

Los días en que tu sombra primorosa
se mece sobre mi menguante dolor;
en esos días ingrávidos,
tan faltos de ternura y de pasión,
quisiera esculpirme un rúbrica
que me recuerde que todo acabó,
que ni tú vales nada, ni lo valgo yo.