***DEPENDENCIA***

El fuego de una atmósfera inteligente
se precipita sobre el murmullo clandestino.
El ruido aturdidor no llega a tocarte, no te perturba.
Los gritos se pierden de insistencia y deciden morir en un suspiro.
No te toca, no te perturba.
Es una llamada anónima al olvido recurrente,
y alguien al otro lado del teléfono deja colgando
la bocina negra, imperceptible.
Trampas.
El tiempo de la iluminación ha llegado a los corazones incrédulos
y tal vez sea el momento de alzarse en armas para no perder.
Tengo mi arma cosechada en la penumbra de un amor impaciente,
sarcástico, inentendible, mediocre y pálido.
Te persigo 35 leguas, 12 kilómetros, y no alcanzo a verte...
la espesura de tu territorio te sirve de refugio...
si cazo es porque necesito encontrar,
si huyes es porque tienes algo que esconder.

***CONFESIÓN***

Me encantan esas cosas tuyas que me devuelven en versos lo sublime de la vida
y el aroma que desprenden tus rizos suspendidos en el vacío.
Me encantan las sonrisas que emergen perpetuamente de tu labios
y me condenan a sonreír contigo.
Me encanta tu voz, porque a lo lejos, me recuerda un susurro olvidado
que hablaba de tiempos de paz y de anaranjados arreboles que hoy se hacen realidad entre mis manos congeladas en un abrazo.
Me encanta tu vida, porque me pierdo en ella, y juego a contemplarte,
a mecerte en mis sueños y a enloquecerme ante la perfección de tu aliento.
Me encantan las palabras que te robo, la melancolía exporádica y
el vuelo de tus manos que sin tocarme me despiertan de los sueños más profundos.
Me encantan esas cosas tuyas que no he encontrado en nadie,
las canciones que terminaron en tu oído y que sólo él escuchará.
Me encantan las mañanas en que me despierto y saltas por la ventana
a la que le puse tu nombre y llenas los espacios de sentido, y vuelas inconsiente
sobre mis deseos, y estás ahí sólo para calmar mis ganas de verte.
Me encantan los delirios que brotan en mí cuando te pienso
y me encanta también imaginarte respirando los momentos que no estás conmigo.
Me encanta el sabor de tus mejillas y la profundidad de la que me hablan tus
ojos cuando me siento con ellos en las tardes calurosas a derretir un helado con los labios.
Me encanta discutir con tu nariz los problemas de la patria,
o contarle a tus dedos la insolencia de cualquier pandemia que perturbe nuestros días.
Me encanta ver como tus pies le quitan la melancolía a mis ojos
y como enjuagas tu cara con gotas de serenidad esperando a que alguna me moje a mí también.
Me encanta esperarte, porque sé que llegarás, porque tu vida en mi vida es un acierto y
porque el tiempo es sólo el pálido reflejo de un requisito indispensable que borraste de mi lista.
Me encanta que existas porque no podría pedirle más a la vida y
me encanta que eso me encante, porque entonces mi vida seguirá siéndolo mientras estés.

***CUENTOS PARA LEER EN DOS DÍAS***

La almohada palestina llena los versos
y deja deslizar a la mirada furtiva
sobre el púrpura de su espalda saciada.
El hombre que cabalga en la noche es sólo un fantasma
que no alcanza todavía entender su ilusión.
***
Ayer mordía el viento con fatiga
guardando silencio ante la desesperada euforia,
que brotaba en cada gota de la sien.
Los pasos de los vecinos callados,
quedaron suspendidos ése día, en el cielo infinito de la gloria.
***
Un aplauso le roba a la mente
los recuerdos imperdonables de la historia silenciosa,
que todavía se esconde en el baúl secreto del
amor inconmesurable, y que las almas nobles se atraven a desconocer,
para no romper sus tímpanos con el deseo de un beso.
***
El temor de una palabra reveladora
permuta entre las líneas, ocultándose desesperadamente
en un grito poético del alma.
***
Mi corazón oye tu latido en un pueblo lejos de mí,
a donde no llegan mis versos,
pero el amor palpitante traspasa las distancias
que me impone la tierra
y te toca cuidadosamente,
tiernamente, desesperadamente,
para que no sepas que la brisa que envuelve tus rulos
y se devora tu aliento, soy yo disfrazada
sólo para verte respirar.
***
La historia de un viaje que ni siquiera empieza,
se ha quedado en la maleta, llena de ilusión
esperando paciente la llegada de la boda del ensueño,
tan simple, tan anhelada, y muerta
viva sólo al margen de sus utopías y
de la fe, en la que aún no aprendo a creer.
***
Correr, correr, a un mundo donde nadie espere
y la ciudad sea una sola para los dos.
Correr lejos de la pestilencia y del sofoco,
lejos de las miradas penetrantes que nos señalan.
Correr para llenar tus ojos de nubes de colores
y habitar un espacio de formas geométricas irregulares,
un lugar ceñido a la fuerza de nuestras almas,
donde vuelen libres los artrópodos invertebrados
y que sean ellos quienes llenen los espacios que no alcanzamos a cubrir
en los abrazos eternos que cobijan nuestra única existencia.
***
Veo la muerte caminando a tu lado,
va a la misma velocidad de tu esencia,
en la que se fugan tus sueños y se consuma mi dolor.
Miro la muerte y la notable miseria de su ser
y ruego al destino que no alcance a tocarte ni un poro.
Mis días se envuelven de nostalgia al recordar una tumba
del futuro, que me atormenta mil veces en pesadilla
y que no es suficiente para verter
las lágrimas que hoy te piden precaución.

*** TUMBAS ***

Lloré escuchándolo por tercera vez mientras esos brazos intentaban sujetarme hasta morir, reclamando un poco de atención. Fue un acto inocente ignorarlo, no existía la mínima intención de ofensa y en cambio solo habían lágrimas de satisfacción. Todos terminamos interpretando de forma diferente eso que creemos que nos hace daño. Así fue hoy. Un día cualquiera, en un mes nuevo, en una semana de soledad y aburrimiento, que ya en el medio, era lo suficientemente pesada como para soportarla. Las palabras que estuve esperando no se dejaron ver mientras las quise, y no llegan todavía aunque ya no las quiera. La ciudad ya no es la misma que cuando me fui. Los colores que antes parecían tan vivos, llenos de lujuria, deseo y amor, sobre todo amor, construyen hoy una escala de grises enorme, que intento colorear inutilmente. Parece que al lado opuesto de estas letras ya no queda nada, que morirán solas como nacieron y que serán sólo eso, letras del corazón de una ciudad que muere sin explicación. Es el tiempo en que debo esperar a ver si la resurrección de tu vida me toca un poco y tal vez vuelva a sonreír, sin futuro, sin esperanzas, sin apegos, sin canciones, sin llamadas, sin llanto y sin amor.

***COSAS QUE TE DIJE***

I

Mirá, es la misma sensación,
ya te lo había dicho antes...

...que el hilo de mi voz se me pierde entre las entrañas
y una chipa sacude mis pulmones.
Es un escalofrío permanente...
y cada vez se hace más grande
y cada vez se siente más cerca
y cada vez sucede más...
y caigo en el abismo. Son lágrimas.

II
Ya te lo había dicho, pero siempre te olvidás.
Siempre fue un grito de esperanza:
exagerada y errónea.

III

Hoy voy enmudecer las promesas de mis labios
y permanecer condenada en el olvido,
mientras espero el tren de orgullo en el que viajas.

IV

Cuenta las cartas y encontrarás más mensajes ocultos.
Tú no te has dado cuenta, ni te lo voy a decir esta vez,
pero yo sigo descifrando tu vida interminable
evitando los abismos en los que se hundieron mis pies,
mis ganas y un poco de mi corazón.