***CÓDIGO***

Vivir es más que dos uvés planeando una conspiración.
Que si vivo, da lo mismo.
Que si muero, es mejor.
Porque vivo muriendo de saber que espero.
Porque muero viviendo esperando tu regreso.
El olor de mis tierras no satisface tu olfato.
El llanto en la montaña no cumple su función.
Las flores que te esperan se marchitan con el tiempo.
El adiós se secó en el otoño del amor.
No esperes mi partida, que no quiere ir.
Deja que llegue ahogado el grito de mi voz.
Bébete los ríos insaciables de este ardor,
las pupilas dilatadas y hoy tal vez una canción,
que hable de las horas que pasamos planeando la fatal conspiración,
ésa mala idea de unir tu vivir con mi vivir
y matar con las palabras el abismo entre los dos.

*** DIALOGO 2***

Murmullos negros que cuentan lo que acabó de suceder.
Acontecimiento mundial de mi corazón:
resucitó, volvió a nacer, acaba de vivir...
¿Quién? ¿Para qué?
Dices: Inútil.
Pienso: Vivo
Callas.
Grito: Amo
Dudas.
Te abrazo en la distancia, doy la vuelta y me voy.
Piensas: Resucitó.

*** DULCE***

Caramelo de arequipe escaso
que conquistaste el latido con la voz.
Dame un turrón de melodía
que cegue el amargo, que calme el dolor.
Baila en danzas que yo entienda,
permíteme apaciguarme con tu son.
¿Ves que lo hago, ves que lo intento?
Es imposible olvidar los buenos días
aún teniendo una justa razón.

*** DIÁLOGO***

Viene una palabra vieja
de tierras frías donde
mis gritos ya no se oyen.
Dice: ¡Olvido!
Respondo: ¡Imposible!
Que me comió el frío del silencio,
que al amor lo mató el llanto,
que vos y yo somos como un espanto,
perdido en idea de una ilusión inerte.
Grito: ¡Calla!
Pides: ¡Miedo!
Suplico: ¡Un recuerdo, tal vez dos!
Respondes: ...
No hay respuesta para mi corazón.

***CUENTO CON TU CUENTO***

¿Seremos cazadores de esta utopía imperdurable?
Mientras duermo y te espero, cuéntame un cuento,
uno de esos que huelen a miel y traen recuerdos.
Un cuento infinito, blanco, dulce, triste, corto.
Cuéntame un cuento que me haga llorar,
que desgarre la paciencia, que me haga temblar.

Dame en el cuento un motivo para odiarte
y mil más para poder olvidarte.
Cuéntame tu historia, cuéntame la vida
que aún de ti desconozco.
Hazme reír. Hazme gritar.
Cuéntame un cuento que sepa a azucenas rojas,
que migre como golondrina en mi cabeza,
que colme los vacíos, que cante las canciones,
que viva, que muera.
¿Sabes hacer cuentos tristes?
Pídeme relatos, te daré dolor.
Harás un cuento feliz para ti.
Harás un cuento solo para mí.
Hazme reír. Hazme gritar.
Pero preferiblemente hazme llorar.

*** FUNDIDO ***

De qué sirve saber que te quiero, si quiero quererte sin saber que lo hago.
Quizá un día como hoy entiendas la inestabilidad de un sentimiento recurrente
y puedas abrir las alas a volar junto a mí en la incetidumbre.
Por qué la inconstancia permanente. Por qué la ausencia inevitable.
De qué sirve cantarle a lo imposible, para luego llorar sobre su tumba.
Lo costoso de vivir no es hacerlo sin ti, es vivir para no estar contigo nunca.
De la mirada que me robé, te devuelvo un beso.
Quédate con el adiós y yo con el remordimiento.

***DE PINTARTE ***

Hice un retrato.
Dos curvas que nunca se cruzaron.
Viene el pincel a romper el encuentro.
Azul frío y naranja distancia,
con un poco de verde para no dejar morir la esperanza.
Paleta vacía, pinceles de ganas
y un modelo para pintar,
traído desde la espesura de los sueños,
comprado con sacrificio y tristeza.

Hice un retrato.
Tenía en los ojos plasmada la nostalgia,
y en los labios llevaba letras
de un recuerdo que nunca fue canción.
La nariz fina, puntiaguda, adolorida, casi muerta.
La piel dulce, ajena.

Hice un retrato.
Traté de dibujarte.
Tal vez al artista le faltó inspiración.
Tal vez el cuadro cambió de pintor.
Tal vez murió el pincel en el camino de dolor.

Te regalo un cuadro sin terminar.
Te regalo el sueño que intenté dibujar.
Te regalo lo que siempre te he regalado:
retratos, retratos y pequeños bodegones de amor.