*** TUMBAS ***

Lloré escuchándolo por tercera vez mientras esos brazos intentaban sujetarme hasta morir, reclamando un poco de atención. Fue un acto inocente ignorarlo, no existía la mínima intención de ofensa y en cambio solo habían lágrimas de satisfacción. Todos terminamos interpretando de forma diferente eso que creemos que nos hace daño. Así fue hoy. Un día cualquiera, en un mes nuevo, en una semana de soledad y aburrimiento, que ya en el medio, era lo suficientemente pesada como para soportarla. Las palabras que estuve esperando no se dejaron ver mientras las quise, y no llegan todavía aunque ya no las quiera. La ciudad ya no es la misma que cuando me fui. Los colores que antes parecían tan vivos, llenos de lujuria, deseo y amor, sobre todo amor, construyen hoy una escala de grises enorme, que intento colorear inutilmente. Parece que al lado opuesto de estas letras ya no queda nada, que morirán solas como nacieron y que serán sólo eso, letras del corazón de una ciudad que muere sin explicación. Es el tiempo en que debo esperar a ver si la resurrección de tu vida me toca un poco y tal vez vuelva a sonreír, sin futuro, sin esperanzas, sin apegos, sin canciones, sin llamadas, sin llanto y sin amor.