*** TUS CARTAS ***

Las cartas que escribiste no las quiero,
todas ellas me traen tu recuerdo,
vagas memorias que en el tiempo;
dibujan un rostro difuso y grotesco.

Todas ellas con la tinta frágil de un esfero,
entre llanto y nostalgia se escribieron.
Mancharon la rutina de tus besos
y acabaron lentamente comentando algún " te quiero".

Pude ver en cada línea trazada,
tal vez para mi fortuna y tu desgracia,
la traición y el desengaño que sembrabas,
y un amor que desde siempre marchitaba...

Las cartas que escribiste no las quiero,
todas ellas me traen tu recuerdo,
vagas memorias que en el tiempo;
dibujan un rostro difuso y grotesco.

*** LA HORA ***

Lo escribí un doce de Marzo mientras dormías,
y tus sueños eran parte de mi vida,
y mis sueños eran parte del recuerdo.
La luz tenue de una vela me seguía;
cada letra, cada palabra de aquel día,
venían dibujándose violentas,
entre lágrimas que no eran de alegría.

Murmuraban los cielos mis tristezas,
y contemplaban las finas margaritas
como mi alma cantaba enmudecida
las notas de los versos que escribía.

Fui infeliz aquella noche,
en que la luna para mí ya no existía,
se había escondido bajo el cielo prisionero
y jugaba con los astros y luceros.
Y yo sentada, sin saberlo,
deseaba adivinar en qué momento,
abrirías tus dos ojos tan eternos
y vendrías a colmarme de ternuras y de besos.

Esa noche deliraba dulcemente,
cuando pasaban una a una tus palabras por mi mente,
soñaba con llevarte al infinito
y librarte de amarguras y suplicios.
Pero la noche era larga y sentí el frío de la muerte,
era ella que venía suplicante,
rogándome que la dejara verte.

Me negué rotundamente,
no era el día en que la muerte vendría a verte,
su visita no estaba preparada así, de repente
y ni mi amor por ti, ni yo, le dejaríamos tenerte.
Entonces de valor llené mi voz
y grité con la fuerza que inspiraba el corazón:
-¡A ella no te la llevas nunca!
¡ Ni ahora, ni mañana, ni después,
que si quieres llevarte su alma,
tendrás que cargar con la mía también!-

La muerte a carcajadas se reía
-¡ Qué ironía, qué ironía!- repetía.
- Si me ofreces tu alma me la llevo,
y en una hora vuelvo por la que quería primero.-

-¿ Una hora? ¿ Una hora es el tiempo
que le das si no sigo viviendo?
Toma mi alma, lleva mi cuerpo,
envenénalo con el más dulce arsénico,
tráeme una espada y me la clavo en el pecho,
prende fuego, que ardida muero,
o abre de la nada un océano,
para sumergirme agua adentro.
Tira del gatillo si prefieres,
o córtame a pedazos, lento, lento....
Haz lo que decidas, pero hazlo ya,
que se nos va el tiempo.
Que por saber que aunque dormida está,
yo aparezco sólo un segundo en sus sueños,
te doy mi vida, te doy mi aliento,
te doy hasta lo que no tengo,
y adjunto un poema que diga
cuánto es que yo la quiero.

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No es un presagio, ni una sospecha,
es lo que sale de mi corazón
cuando deseo con toda mi alma
que de mi lado nunca desaparezcas.
Te adoro.

***SÚPLICAS DE RENUNCIA Y ABANDONO***

Préstame los ojos del amargo,
para verte más distante y ajena.
Quiéreme en tu tumba,
para regocijarme en llanto.
Llévame lejos del canto,
que produce el vuelo de tu voz.
Ahuyéntame de mi, de mi fracaso,
para perdurar en tu infinita soledad.
Lastímame con la fuerza de tu odio,
que seré el negro recuerdo del adiós.
Pertúrbame con tristezas y melancolía,
para explotar en lamento de rencor.
Mírame como a la vida,
para hacerme más infame.
Vísteme de miedo,
que con el poder de mi aliento,
tus sueños atormentaré.
Llévame a ti muerte anhelada,
que la fina espada atraviese mi ser,
que se rompan las rejas traicioneras de los cielos,
que la noche es de negrura intensa,
y a los que ya están extintos enaltece,
para llevar a ciegos e impetuosos,
a otros mundos rojos; más distintos,
donde el padecimiento más profundo,
es el inapreciable valor de mi pena terrenal.

¿ Y QUÉ PIENSAN LOS ABUELOS?

Siempre me he preguntado que pasa por la mente de aquellos que han vivido más que yo, de aquellos que tuvieron que crecer sin televisión, sin computadores, ni celulares, y en muchos casos hasta sin luz; porque sólo había una planta eléctrica y de mal funcionamiento, aquellos que estudiaron en cuadernos con pasta de cartón, y que mas adelante fueron “modernizándose” porque podían comprar plástico para forrarlos, aquellos que diariamente tenían que llevar a la escuela una pluma y un frasco con tinta, porque no existían aún los bolígrafos, o aquellos que tenían que hacer sus tareas a punta de vela; hecha con la grasa de los animales, porque no se había creado la parafina…


Y en ocasiones nos quejamos de un simple helado, porque no nos gustó, o por que pagamos $1000 por un cono de una buena marca (muy pequeño), sabiendo que en la esquina de la casa no lo hubieran vendido más grande y por $600. En 1952 aproximadamente, los mejores helados se hacían en las cubetas de hielo que trae la nevera; con algún tipo extraño de concertado para darle sabor, y ni siquiera tenían el “palito” para cogerlo, sino que venían envueltos en papel Craf.


Y que decir de las amas de casa de la época, cuando no existía ni la olla a presión, ¿Se imaginan cuantas madres de ahora vivirían atormentadas por tener que cocinar con carbón? O peor aún de aplanchar por turnos mientras en el fogón se calentaba la plancha… No ahora no es así, ya existen los más sofisticados electrodomésticos para que las amas de casa no se fatiguen en la cocina, es más, puede que muchos de ellos hagan el trabajo solos, con hundir el botón “ON”…


Y ahora con las noticias, los periódicos, las revistas, antes no se usaban esos medios, no todos tenían radios (Los ricos a la delantera). Las noticias eran transmitidas en los pueblos gracias a la gente que tenía la posibilidad de enterarse. Se sabía de la muerte de un familiar por el mismo medio, y aunque existían los teléfonos era difícil su uso, ya que sólo los había en pocas casas… más tarde llegó el Telegrama, pero no era totalmente bueno porque la correspondencia llegaba muy tarde…


No había clínicas en donde se atendieran los partos, por el contrario una mujer casi siempre entradita en años, iba a la casa en donde fueran a dar a luz y en una cama hacía el proceso debido para que el bebé naciera sano y salvo…tampoco había blanqueador ni jabón azul para lavar la ropa, sino una barra larga y amarilla que desempeñaba la misma labor.


Qué pasará por esas cabecitas blancas y llenas de experiencias, qué dirán al ver todos los adelantos que la ciencia nos ha proporcionado, ¿Vivían mejor antes cuando la tecnología no se interponía a diario en su caminar?


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Artículo, Periódico Línea Abierta
Colegio María Auxiliadora
2004

REACCIONES INESPERADAS

Aún no entendía por qué lo había hecho, se encontraba a escasos dos metros del cuerpo, sentada sobre una cama que sólo le transmitía frió y soledad.

Ahora Cristina recordaba que esa mañana se había levantado con muchos deseos de abrazar a alguien, se sentía sola y deprimida. Buscó a Juanita, una anciana que pasaba ya por las setenta décadas de vida, de ojos profundos, y que se había convertido en su madre desde hacía unos 30 años. Pensó que en ella podía encontrar el apoyo que necesitaba, pero por primera vez en su vida, Juanita prefirió ir a tomar té con algunas amigas (un poco mayores que ella) que escuchar a Cristina, esa joven rubia y de ojos excitantes que tanto quería.

Este hecho descompuso totalmente a Cristina, no comprendía por qué ahora la gente se alejaba de ella, también lo había hecho desde unas semanas atrás, su esposo Mario, con quien ella creía que podía compartir todas sus tristezas: “ He estado ocupado haciendo algunos trabajos de la compañía y eso me impide ocupar mi tiempo en otros asuntos menos importantes”.

Después de tantos tropiezos que había tenido desde las últimas dos semanas, Cristina explotó esa mañana, salió de su casa y caminó unas nueve cuadras en busca de un almacén de un amigo suyo, que además de ser una joyería de objetos robados, también era un buen dispensador de armamento ilegal. Llegó al lugar un poco exhausta, respirando rápidamente y temblando de miedo. Llevaba un vestido rojo que le llegaba a la mitad del muslo, era escotado y despertaba las miradas de cualquier individuo que lo viera, Cristina estaba maquillada bruscamente, con tonos oscuros que ocultaban algunos de golpes de Mario. Entró en el lugar, se veía un poco desordenado y al ver que no había nadie que la atendiera, aprovechó cada momento para observar detalladamente todas las joyas que habían a su alrededor, pero no fue por mucho tiempo; una puerta se abrió en el fondo de la tienda, y salió un hombre de tez morena, musculoso, con una mirada penetrante en sólo uno de sus ojos, pues en el otro tenía un “parche”. Caminó despacio hasta Cristina, la miró como si quisiera asesinarla, le dio algunas vueltas aún con paso lento, y le preguntó qué quería, “Busco a Raúl, es amigo mío y necesito que me venda algo” dijo Cristina queriendo disimular el pánico que le provocaba ese hombre.
“Suba esas escaleras (señaló), allá lo encuentra”. Sin pensarlo dos veces, obedeció la orden de aquel hombre y al terminar las escalas, encontró a Raúl en una silla mecedora, no había cambiado mucho, seguía siendo el mismo ser de corta estatura, blanco y rubio, como ella siempre había deseado a un hombre. Él se paró de su silla, la saludó enérgicamente, y le preguntó que hacía allí, Cristina le comentó sus tristezas y le pidió un arma. Raúl la miró desconcertado pero no le pidió explicaciones, simplemente sacó de su bolsillo un “magnun” y se lo puso en las manos. Cristina salió corriendo, sin despedirse y mientras salía del lugar, intentaba guardar aquella arma en su cartera. Corrió como nunca lo había hecho en su vida, intentando evitar las miradas de la gente. Cuando por fin observó el edificio en que vivía en todo el centro de New York, apresuró más su paso, entró y subió los 5 pisos por las escaleras, se paró frente a la puerta y buscó las llaves; habiéndolas encontrado, las introdujo en la cerradura, dio un giro con su muñeca y empujó hacia adentro.

Ya estaba allí, se sentía mucho más tranquila, se dirigió a su cuarto y encontró a su esposo sentado en la cama viendo un partido de fútbol, sin saludarlo entró al baño, se quitó la ropa y abrió la llave de la bañera, cuando supo que ya estaba llena, la cerró y con mucha calma, metió cada uno de sus pies, y se sentó un poco reclinada hasta sumergirse. Estuvo allí aproximadamente dos horas, cuando salió, sintió su piel muy húmeda y algo arrugada, se puso una salida de baño y en uno de los bolsillos de ésta, introdujo el arma.

Salió del baño y lo encontró aún viendo televisión, pero ya no era un partido de fútbol sino un programa de concursos, Cristina le pidió que fuera por unas cervezas y esta vez lo hizo sin reprochar, cuando comenzaba a cruzar la puerta, ya de vuelta y con ambas manos ocupadas, se oyó un ruido estremecedor, Mario dejo caer las cervezas y así mismo su cuerpo se balanceó hasta llegar al suelo, comenzó a sangrar, y Cristina se sentó en la cama, para ver más detenidamente como la sangre llegaba hasta sus pies. Ahora sólo podía esperar pues ninguno de los dos tenía ya aliento para más.


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Presa Escuela 2004

HISTORIA DE AMOR

Hace más de dos meses, en aquella portería de la Unidad Residencial Altamira, se conocieron Diego y Lina ,18 y 15 años respectivamente y 2
mundos diferentes por compartir.

Esa noche, tal vez de luna llena, después de intercambiar un par de saludos algo nerviosos; Lina propuso que fueran a su casa y el ofrecimiento no fue rechazado. Entraron algo incómodos por ser la primera vez que se veían, pues aunque antes habían tenido contacto “virtual”, la situación no era la misma. Seguramente muchos de los temas que fueron discutidos sobre aquellas sillas azules, ahora no tendrían la misma importancia, o por el contrario serán recordados eternamente ya que fueron los cimientos de una relación hasta ahora muy sólida.

Aquel 16 de Julio, el corazón de Lina no tuvo ninguna variación, sería el día siguiente su madre, quien se encargara de cambiar su concepción acerca de Diego: “Se ve que es muy buen muchacho, es todo grande y ¡tiene unas cejas!… muy lindo, apenas pa’ vos”. Después de ese comentario (repetido unas 10 veces) Lina se interesó por aquel joven e incluso en una conversación dos días después ambos decidieron confesar la atracción que habían sentido.
A partir de esa plática las visitas a la casa de Lina se habían intensificado, a tal punto que ya su madre los creía novios: “¿Y es que ya se cuadraron, que él viene tan seguido?”. Antes de cualquier compromiso, cada uno tenía que organizar su vida, de tal forma que ningún cambio en la relación que hasta ahora llevaban de “amigos con derechos” pudiera darle un giro de 360 grados.

El primero de Agosto, después de muchas visitas y largas conversaciones, se tomó la decisión en común acuerdo, de comenzar una nueva relación algo más definida, Diego y Lina se sentían enteramente felices, cada día en la relación se hacía más interesante y divertido, la monotonía no tuvo cabida en sus corazones, por el contrario el cariño pasó a ser amor y los deseos de continuar juntos se avivaban cada vez más.

Hoy cumplen dos meses juntos y aún siguen siendo los mismos humanos que se aman eternamente, cada día más orgullosos el uno del otro, con deseos de que la felicidad que en este momento sienten se prolongue ojalá por muchos años más.

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Prensa Escuela 2004

*** PETICIÓN ***

No enfermes que te espero,
no desistas que me muero.
Déjame disfrutarte mucho más tiempo,
que sin ti no tengo razón para seguir viviendo.

No flaquees que eres fuerte,
resístete a estar ausente.
Sabes que mi deseo es tenerte
por encima del abismo de la muerte.

Te regalo mi vitalidad y mi ser,
para que respires y vengas a mi otra vez.
Te regalo mi corazón a cambio de ver
de nuevo a la abuela que me vio crecer.

Mi vida es tuya y tuyos mis anhelos,
nunca olvides que por ti me desvelo
y en las frías noches de ternura y ensueño,
siempre serás la dueña de mis pensamientos.

*** IMPLACABLE ARDOR ***

Negrura infinita, que mi alma agobia,
la pena de tu llanto en mi ser evoca
aquellos días tristes de felicidad inocua,
en donde no existía la flama cegadora.

Incontrolables llamas que en tu pecho arden,
apagan lentamente tu luz insaciable.
La risa sonora y concisa que fue tuya,
la misma se esconde bajo las llanuras.

Negra fue tu suerte, ardida de repente,
y llora mi alma sin conocerte
de infinitas tristezas ante la gente,
que decidió huir sin siquiera protegerte.

Ignorantes disputan el primer lugar,
en las llamaradas eternas que el infierno da.
Tu alma tranquila retozará y
sin saber ya de penas se habrá ido a jugar.

Y yo viviré aunque callada e inerte,
con la noticia infame y distante de tu muerte,
asombrada y herida, triste e indiferente
con aquellos que no sufren al saber de tu suerte.

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Inspirada en la muerte Wilson, un niño negro en el incendio de Moravia (Febrero 27 de 2007)